Papa, maíz y cacao.
En las montañas y en sus faldas se construyeron andenes y acequias para producir los diferentes rubros. Desde la diferentes localidades se tejió una red de producción y con ello la expansión con la producción.
Este camino nos llevará al reconocimiento de nuestros productores, sus lugares y sus sabores. Sus hacedores, en cada rincón de nuestra geografía se produce enseres y objetos, siendo estos parte de ajuar usado en la mesa y la cocina, nuestros artesanos acompañan nuestros sabores.
Y luego la memoria colectiva, ese patrimonio viviente que nos recuerda quienes somos, de donde somos y cuales son nuestros sabores.
Así se tiñe las faldas de las montañas de nuestros páramos y desde allí bañamos la geografía de sabores en nuestro país y las localidades mas allá de nuestras fronteras.