la del hermano caballo.
Tenía el sol en los pies... Por ello el amor.
La luz viene de las entrañas, decía el hermano caballo, busca en tu interior y estarás viviendo en armonía. Sin importar, insistía, de lo pequeño que seas.
Y que cosa buena tener vida y amor... Y armonía...
Hay viajes así, para adentro. Uno a veces trastabillea en caminos que pretendemos descubrir. Y todo esta allí cerquita: nos compone, nos integra.... Lo que somos.
Tal vez el viaje es siempre pretexto...y todo es regreso hacia nosotros mismos
Al marcharme, me sentí triste, por tener tanta inmensidad, tanto amor, tanta piel y no poder vivir para sentirlo. El hermano caballo, mirando la montaña, con La Paz que da la vida siguió pastando.
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